jueves, 11 de febrero de 2010

Yo no entiendo a la gente grande



 

YO NO ENTIENDO A LA GENTE GRANDE

 

Porque tapan la luz del Sol. Quitan las flores de las plantas para dejarlas marchitar en un jarrón y enjaulan a los pajaritos. Porque han pintado todas las cosas de gris y han llenado el cielo de antenas y chimeneas.

 

Porque se creen importantes, por el solo hecho de ser grandes. Porque no me dejan caminar descalzo, ni chapotear en la lluvia. Porque me compran juguetes y no quieren que los use porque se rompen.  Porque le han puesto nombre difícil a las cosas sencillas. Porque quieren empleos importantes y pasan la vida sentados en sillas.

 

Yo no entiendo a la gente grande. Porque no sienten el placer de perder el tiempo mirando alrededor y son incapaces de dar vueltas en un carrusel. Porque cuando me porto mal me amenazan con una inyección y cuando me enfermo, me dicen que una inyección me va a poner bien.

 

Porque quieren que coma con horarios y no cuando tengo hambre. Porque cuando pregunto algo no me contestan, porque soy muy chico y cuando pido un chupete, me dicen que soy un grandulón.  Porque siempre se hacen los lindos o serios. Porque dicen mentiras y ellos mismos no se las creen. Porque cada vez que mienten me doy cuenta y sufro mucho.

 

Yo no entiendo a la gente grande. Porque me dicen miedoso y ellos me hablaron de brujas y de fantasmas.  Porque me piden que sea bueno y me regalan para jugar revólveres, dardos, flechas y escopetas. Porque han llenado la casa de cristales, porcelanas y cosas que se rompen y ahora resulta que no puedo tocar lo que veo.  Porque perdieron las ganas de correr y saltar. Porque olvidaron las cosas que tanto les gustaba de chicos. Porque antes de reírse le piden permiso al reloj.

 

Porque cuando hago algo malo, me dicen: "no te quiero mas" y tengo miedo de que me dejen de querer en serio. Mis manos son pequeñas y por eso se me derrama la leche aunque no quiera. Mis piernas son cortas, por favor, espérame y camina mas despacio, así no puedo andar contigo. No me pegues en las manos cuando toco algo lindo y de color brillante. Por favor, mírame cuando te hablo. Si es que me estas escuchando. No me regañes todo el día... Déjame equivocar sin hacerme sentir estúpido.

 

No esperes que el dibujo que pinte sea perfecto... Ámame por haber tratado de hacerlo bien recuerda que soy un niño, no un adulto pequeño.  A veces no entiendo lo que me dices. ¡Te quiero tanto... por favor, ámame por lo que soy, no por las cosas que hago!  No me rechaces cuando estés molesta conmigo y vengo a darte un beso... Me siento solo, abandonado y con miedo. Cuando me gritas, me asusto... Por favor, explícame que he hecho.

 

No te enfades cuando en la noche las sombras y la oscuridad me dan miedo, y me despierto y te llamo. Tu abrazo es lo único que me devuelve la paz.  Cuando vamos a las tiendas no sueltes mi mano. Temo perderme y que no me encuentres jamás.  Me siento muy triste cuando papá y tú discuten... A veces pienso que es por culpa mía y se me encoge él estomago y no sé que hacer.

 

Muchas veces veo que abrazas y acaricias a mi hermano... Me regañaste cuando rompí mi juguete favorito y me eche a llorar; yo estaba triste y peor que tu... no lo hice a propósito y me quede sin ti.  Te molestaste porque me ensucié jugando... Pero la sensación del barro en mis pies era tan rica y la tarde tan linda....

 

Hoy te sentiste mal y yo me preocupe mucho. Traté de entretenerte con mis juegos y me dieron un par de nalgadas y me sacaron de tu lado... Me fui a un rincón a llorar...  ¿Qué haría yo, si tú te murieras?  Me meten miedo con el infierno y no sé lo que es... Debe ser algo tan terrible como estar sin ti.  Aunque me dejaron con los tíos y la pase bien, les eché mucho de menos toda la semana... Ojalá no hubiera vacaciones para los papás.  !Tengo mucha suerte, entre todos los niños que hay en el mundo... ustedes me escogieron a mí!

 

Autor Desconocido

 

ORACIÓN DE LOS HIJOS POR SUS PADRES

 

Dios, concédeme comprender mejor a mis padres, y saber devolverles amor por amor.  Si yo no puedo amarlos como antes es que debo amarlos más. No ya como un niño que balbucea, sino como un hombre que sabe lo que tiene que decir, y que expresa su alma en un lenguaje dulce y fuerte.

 

Yo me acercaré a mi padre y a mi madre, que sufren por mí, y cuyo trabajo hasta ahora no he apreciado.  Esta noche diré y repetiré, con más comprensión que otras veces, la antigua oración de mi infancia:

 

Padre nuestro, que estás en los cielos, escucha a tus hijos. Te pedimos por nuestros padres. Por medio de ellos nos lo diste todo, devuélveles todo el bien que nos han hecho. Nos han dado la vida: consérvales la salud.  Nos han dado el alimento: dales el pan de cada día. Nos han dado el vestido: que sus almas se hallen vestidas siempre de tus gracias.  Concédeles sobre la tierra la felicidad que se encuentra en servirte y amarte. Y haz que podamos estar un día reunidos en el cielo.

 

Amén

 

 

 



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