lunes, 1 de febrero de 2010

La luz de la vida

EL APOSENTO ALTO

Lunes, 1 de febrero de 2010
La Luz de la vida

Léase Efesios 5.8-17

Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
-– Juan 8.12 (VPEE)

MI esposo había sembrado una amarilis, un regalo de Navidad. Cuando abrió la caja, se percató de que un tallo de ocho pulgadas había estado creciendo. Nutriéndose solamente por el tubérculo, debido a que la tierra estaba en una bolsa plástica, el tallo había crecido en ángulo recto. Debido a que no había recibido luz, estaba amarillento y débil. Se veía muy mal. «¡Mejor la tiras!», le dije asombrada.

«Vamos a ver que sucede», dijo, colocando el tiesto en una ventana iluminada por el sol. En tres días la planta creció hacia la luz, su color cambió a verde, el capullo se puso rosado y el tallo estaba casi vertical. ¿Qué causó esto? ¡El estar bajo la luz!

Por muchos años había leído las palabras de Jesus: «Yo soy la luz del mundo», pero la transformación de esta planta me brindó una nueva perspectiva del significado del versículo. Según nos acercamos a la Luz del mundo, crecemos, cambiamos y recibimos un nuevo entendimiento. Con el tiempo, nos transformamos en las personas que estamos llamados/as a ser.

Sra. Margaret Tansley (Ontario, Canadá)

Oración:

Amado Espíritu, gracias por Cristo, la Luz que vino a alumbrar el camino hacia la vida abundante. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Cuando caminamos en la luz de Cristo, nos convertimos en la persona que Dios quiere que seamos.


OREMOS:

Para reflejar la luz de Cristo.


 




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