jueves, 4 de febrero de 2010

El hombre testarudo



EL HOMBRE TESTARUDO
 
Una represa de cierto pueblo se rompió, y estaban evacuando a todo el mundo del poblado, pero un hombre se negaba dejar su casa, alegando que era cristiano, que oraba todos los días, y que Dios lo iba a salvar.
 
La policía pasó por las calles anunciando que se fueran a un refugio, y le dijeron al hombre que ellos lo llevarían hasta el refugio, pero el hombre les dijo:
-    Yo soy cristiano y oro todos los días.  Dios me salvará
 
Ya cuando las aguas cubrían las calles, pasó un hombre en una canoa, y le gritó:
-    Ya vienen las aguas, venga conmigo, que yo lo llevaré a salvo.
 
El hombre le respondió:
-    Yo soy cristiano y oro todos los días.  Dios me salvará.
 
El hombre de la canoa se fue.
 
Luego pasó un helicóptero y le tiró una soga para sacarlo de la casa, pero el hombre rechazó la soga diciendo:
-    Yo soy cristiano, oro todos los días.  Dios me salvará.
 
El hombre murió ahogado y al llegar delante de Dios, le dijo:
-    Señor, ¿no oraba yo todos los días, y era un cristiano fiel?, ¿por qué no me salvaste?
 
Dios le contestó:
-    ¿No te envié la policía, al hombre en la canoa y hasta un helicóptero?, ¿qué más querías de mí, hijo mío?
 
Autor Desconocido   
 
Apreciado Suscriptor
 
En mi lista de correo hay muchas personas que me escriben para preguntarme si yo creo en Dios y cómo puedo demostrar que existe.  Mi respuesta siempre ha sido ésta:
-    "Creo en Dios como un ciego cree en el sol; no porque lo ve, sino porque lo siente."
 
Quizás tú seas como muchas personas que afirman no creer en Dios, pero que en el fondo no son ateas. ¡A lo mejor es que simplemente no has llegado a una conclusión definitiva porque no has tenido verdaderamente la oportunidad de conocer la Verdad! ¡Pero aunque en tu mente o corazón albergues dudas o interrogantes que necesiten respuesta para que te convenzas; si eres sincero y realmente deseas hallar esas respuestas; si de veras quieres conocer a Dios, Él te las mostrará!
 
¡Aunque no creas en Dios, ni en la Biblia, ni en nada, puedes poner a Dios en un tubo de ensayo y demostrar su existencia!  ¡Y ese tubo de ensayo eres tú!  ¡Pon a Dios en tu interior, y fíjate qué pasa! ora sinceramente diciéndole:
-    "¡Dios, si existes en alguna parte, ¡Quiero Verte!  ¡Manifiéstate!" ¡Y Él lo hará!
 
¡Una vez que admites la posibilidad, le das a Dios la oportunidad de que nazca en ti una semilla de fe como un grano de mostaza que comienza a germinar!  ¡Y Dios honrará esa fe permitiéndote ver, sentir y conocer la prueba!
 
¡A Dios le encanta la fe! ¡Nos ama porque le creemos! Y una vez que hayas creído, Él te demostrará su existencia de muchas maneras, de forma que ya no tendrás que creer puramente por fe.  ¡Él te demostrará su presencia mediante oraciones respondidas y milagros, e incluso; con la transformación de tu propia vida!
 
A través de los años he recibido muchas promesas no cumplidas de personas que han traicionado mi fe en ellas, y cada vez se me hace más difícil creer en las promesas de un ser humano, pero creo firmemente en las promesas de Dios.  Y aunque mi vida no es fácil, cada día me levanto con la esperanza de un mejor mañana.  Date la oportunidad de conocer a Dios, y Él hará el resto en ti.  Siembra la semilla de fe en tu corazón y Él llenará tu vida de paz, amor y amistad.
 
Oración:
 
Señor, necesito crecer en la oración.  Ayúdame a disponer el corazón abierto para el encuentro a tu lado, para el "a solas" contigo.  Dame hambre y sed de silencio fecundo, para contemplar tu presencia y darte las gracias.  Para escuchar tu palabra y aprender a discernir.  Para dialogar contigo compartiéndote la vida. 
 
Necesito crecer en la oración, aprender a confiar más en ti, aprender a ponerme en tus manos, aprender a contar con tu fuerza en mi fragilidad.  Escucha mi oración, abre mis oídos, despiértame cada día para aprender a ser discípulo, para estar más cerca tuyo, y para vivir más unido a ti.
 


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