El APOSENTO ALTO
Sábado, 6 de febrero de 2010Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Promesas sin cumplir
Léase Hebreos 11.1-16
-– Hebreos 11.1 (RVR)NUESTRO hijo de catorce años tiene pies grandes. Cuando usa sus zapatos de baloncesto, sus pies se ven enormes. Desafortunadamente, el resto de su cuerpo parece fuera de proporción con sus pies grandes, y como jugador de baloncesto está muy angustiado por esto. Él quiere tener al menos seis pies con cuatro pulgadas de estatura. Las amistades nos dicen que los pies grandes son una señal de que un día él va a crecer hasta estar en proporción con sus pies.
Nuestra vida como cristianos a menudo es así. Hay muchas promesas en la Biblia en proporción a las cuales todavía tenemos que crecer. Hasta que eso ocurra, esperamos por fe que esas promesas se cumplan.
Vemos que las promesas de la Biblia son verdaderas cuando las consideramos a la luz de la eternidad–cuando todas las faltas serán corregidas y Dios hará todas las cosas nuevas. Mientras tanto, Dios nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de estas cosas (Vea 2ª a los Corintios 1.22). Así que «por fe andamos, no por vista» ( 2ª a los Corintios 5.7), sabiendo que nuestro Dios va a cumplir la promesa de salvacion.
Sra. Colette Willliams (Australia del Sur, Australia)
Oración:
Señor, danos la gracia para confiar en tus promesas, y no en lo que vemos o no vemos. Amén.
Aunque no lo veamos, Dios está obrando para cumplir sus promesas.
OREMOS:
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