domingo, 14 de febrero de 2010

Una pequeña ayuda

EL APOSENTO ALTO

Domingo, 14 de febrero de 2010
Una pequeña ayuda

Léase éxodo 17.8-13

Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas...«Sean fuertes, no tengan miedo».
-– Isaías 35.34 (NVI)

ANA pasó al frente para cantar un solo. Ella es un miembro nuevo en la iglesia, y participaba por primera vez como solista en nuestro servicio de adoración. Cuando comenzó a cantar un conocido himno, una expresión de temor se reflejó en su rostro. Su voz salió temblorosa y débil. Estaba cantando sin acompañamiento musical, así que estaba luchando sola.

Repentinamente, alguien en la congregación comenzó a tararear la melodía. Pronto, otros se unieron. Al poco tiempo, una acompañamiento armónico a cuatro voces acompañó a Ana mientras cantaba. La ayuda vino de todas partes. Ana cobró valor, y terminó el himno con una fuerte y hermosa voz.

El respaldo musical improvisado de nuestra congregación hacia Ana me recuerda la historia de Aarón y Hur, quienes procuraron ayudar a Moisés. Cada vez que Moisés se agotaba, la ayuda de Aarón y Hur hizo una gran diferencia.

Todos nosotros/as podemos agotarnos a medida que le servimos a Dios. Nos podemos abrumar con el temor y sentir que estamos listos para rendirnos. La ayuda de alguien puede hacer una gran diferencia.

Sra. Marion Speicher Brown (Carolina del Sur, EUA)

Oración:

Oh Dios, nuestro ayudador, manténnos conscientes de las personas que necesitan nuestro apoyo. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Quién necesita hoy mi ayuda?


OREMOS:

Por los nuevos miembros de la iglesia.

 



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