sábado, 20 de febrero de 2010



 

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 20 de febrero de 2010
Compartir los dones de Dios

Léase Mateo 6.19-21

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón...
-– Mateo 6.21 (NVI)

CUANDO mi abuela falleció, heredé varias de sus frazadas hechas a mano. Valoro esas frazadas porque representan el tiempo que mi abuela invirtió cosiendo cada una de sus partes. Algunas estaban gastadas por el uso y algunos de los colores se ven opacos. Me propuse impedir que cualquier otro daño les afectara, así que las guardé cuidadosamente.

Después de varios años, me encontré con las frazadas en un ropero que estaba limpiando, y comprendí que las había echado de menos. Así que las abrí y las coloqué sobre nuestras camas y sofás. Mi abuela las había hecho para usarlas, no para guardarlas. Ahora, a través del uso diario, las frazadas me recuerdan a mi abuela y su amor constante.

Los dones que recibimos de Dios son como las frazadas. Dios nos bendice con tiempo, dinero y talentos. Podemos guardar estos dones para que no se gasten, o podemos usarlos para la obra de Dios. Al utilizarlos, mostramos el amor de Dios por otras personas. Al compartir nuestro tiempo, dinero y talentos para servir a otras personas, cultivaremos el gozo que Dios ha planificado para cada uno de nosotros/as.

Sra. Lori Stratton (Kansas, EUA)

Oración:

Amado Padre, gracias por todos los dones que nos has dado. Ayúdanos a usarlos para servir a otras personas. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Qué dones poseo que podría compartir con otras personas?


OREMOS:

Por las abuelas.

 



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