jueves, 24 de febrero de 2011

A mi lado

EL APOSENTO ALTO

Jueves, 24 de febrero de 2011
A mi lado

Léase el Salmo 119.145-154

¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
-Josué 1.9 (NVI)

«¡MAMÁ, ven acá!». Los gritos frenéticos de mi hijo de cuatro años me despertaron en medio de la noche. Con los ojos empañados, fui al cuarto de nuestro hijo. Había tenido una pesadilla y ahora no podía dormir. Hablándole suavemente, trato de calmar sus temores. Después me acuesto en el piso, al lado de su cama, hasta que vuelve a dormir tranquilo.

Puedo identificarme con mi hijo. Yo sé lo que es no poder dormir. Mi mente se acelera con las preocupaciones del día, las luchas de fe, las inquietudes por mi familia, la ansiedad sobre lo que pueda pasar. Estas preocupaciones me roban la paz y el descanso. Solamente por medio de la palabra de Dios he comenzado a dejar mis ansiedades.

Al igual que mi hijo, anhelo escuchar palabras de consuelo y deseo saber que mi Padre celestial amoroso está a mi lado. El Salmo 23 y Josué 1.9 me recuerdan que Dios está conmigo, dirigiéndome aún en medio de las horas más difíciles. Cuando mi alma clama en la oscuridad, la palabra de Dios me alienta y me ayuda a dejar a un lado mis temores. Puedo levantarme cada mañana renovada.

Sra. Judy Suiter (Kansas, EUA)

Oración:

Padre Celestial, gracias por tu palabra y por tu promesa de estar con nosotros siempre. Danos tu paz. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Cómo experimento la presencia de Dios en mi vida?


OREMOS:

Por quienes tienen dificultad para dormir.



ES MEJOR DAR QUE RECIBIR
¡Reparte a manos llenas!  Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad:  ¡Es mejor dar que recibir!  ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo!  Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar!..


Pedro: el sediento de Dios



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