El no de Dios

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 11 de febrero de 2011
El «no» de Dios

Léase Isaías 55.6-13

Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos...

-Isaías 55.8 (NVI)

DESPUÉS de seis meses sin empleo, mi esposo David tuvo una entrevista para un empleo ideal. Estaba casi seguro de obtenerlo. En cambio, recibió una carta indicándole que no lo había obtenido. Nunca lo había visto tan decepcionado.

Un mes más tarde leímos en el períodico que la compañía había cerrado sus oficinas. Si David hubiera obtenido ese trabajo, hubiera estado de regreso a las filas de desempleo. Lo que pensamos que era terrible, Dios lo convirtió en bueno. Poco después, David obtuvo un empleo cerca de la casa, un trabajo con el cual ha estado feliz por los últimos cinco años.

¿Cúantas veces asuminos que un aparente «no» a nuestras oraciones es evidencia de que Dios no se preocupa por nosotros? ¡Nada podría estar más lejos de la verdad! De hecho, el apóstol Pablo escribió: «Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman» (Romanos 8.28). Lo que pensamos que es bueno, puede que no sea bueno del todo, y lo que parece terrible puede abrir una puerta para algo mejor. Dios nos conoce tan completamente que aun una respuesta negativa puede ser para nuestro bien.

Sa. Toni Wilbarger (Ohio, EUA)

Oración:

Amado Dios, enséñanos paciencia según esperamos en ti, confiando en tu infinita sabiduría. Amén.

PENSAMIENTO PARA EL DÍA Con Dios, un «no» puede ser un paso hacia algo mejor.

OREMOS:

Por familias con sus negocios en crisis.

 

 

Pedro: el sediento de Dios