viernes, 22 de octubre de 2010

Instrucciones para vivir en la tierra

INSTRUCCIONES PARA VIVIR EN LA TIERRA
 
Recuerdo que antes de que yo naciera, estaba preocupado porque no conocía el mundo al que llegaría.  Entonces le pedí a Dios instrucciones para vivir en esta tierra. Dios acercó su voz a mi oído y me dijo: 
 
    Sé como el sol. Levántate temprano y no te acuestes tarde.
    Sé como la luna. Brilla en la oscuridad, pero  sométete a la luz mayor.
    Sé como los  pájaros.  Come, canta, bebe y vuela.
    Sé como las  flores.  Enamoradas del sol, pero fieles  a sus raíces.
    Sé como el buen perro.  Obediente, pero nada más a su Señor.
    Sé como la  fruta. Bella por fuera, saludable por dentro.
    Sé como el  día.  Que llega y se retira sin alardes.
    Sé como el  oasis.  Que da tu agua al sediento.
    Sé como el  río.  Siempre hacia adelante. 
    Sé como la  luciérnaga.  Aunque pequeña, emite su propia luz. 
    Sé como el  agua.  Buena y transparente. 
    Sé como José.  Cree en tus sueños. 
    Sé como Lázaro. Levántate y anda. 
 
Y sobre todas las cosas;
 
    Sé como el cielo: La morada de Dios. 
 
Autor Desconocido   
 
PERO NUNCA TE DETENGAS
 
Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, y los días se convierten en años, pero lo importante no cambia.  Tu fuerza y tu convicción no tienen edad, tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.  Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida, detrás de cada logro, hay otro desafío.
 
Mientras estés vivo, siéntete vivo.  Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.  No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima te tengan respeto.  
 
Cuando los años no puedan correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina.  Cuando no puedas caminar, usa bastón. ¡Pero nunca te detengas!
 
 
ORACIÓN
 
Mi amor se manifiesta en ti con cada goce y placer que experimentas en la vida, así como cada vez que proveo para tus necesidades. Cada vez que alguien te brinda amor, aliento y cariño es una manifestación del amor que abrigo por ti.  Cada vez que acudes a Mi Palabra, encontrando en ella fuerzas e inspiración para seguir adelante, es una manifestación del amor que siento por ti.  Así también cuando te acuestas por la noche, cansado y agotado de las numerosas labores, y hallas grato reposo que renueva tu cuerpo y tu espíritu, esa es igualmente una manifestación de Mi amor por ti.
 
Cuando es la hora de descansar y hallas solaz, placer y risas, es una manifestación del amor que te tengo.  En cada cosa que aprendes, en cada nueva experiencia que vives, en todo lo que te proporciona satisfacción, dicha o estímulo a tu corazón, reposo a tu espíritu y alivio o comodidad a tu cuerpo, en todo ello se manifiesta el amor que albergo por ti.  Cuanto más me reconozcas en esos aspectos cotidianos de tu vida, cuanto más aprendas a apreciar esas cositas que te doy y las formas sencillas en que me revelo a ti, más llegarás a conocer, valorar y sentir Mi amor.
 
Amén   


 

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