El don de la fe

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 22 de octubre de 2010
El don de la fe

Léase Mateo 11.25-28

Lo que os digo en tinieblas, decidlo a plena luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.

-Mateo 10.27 (RVR)

CRECÍ recibiendo una educación atea en la casa, en la escuela y en la universidad. Obtuve dos títulos en las ciencias naturales (biología y medicina) y estaba convencida de que Dios era un invento de personas sin educación. En el hospital donde trabajaba había colegas cristianos, pero ellos escondían su fe en Dios. La única persona con la que hablaba de religión era una enfermera. Sin embargo, no tenía conversaciones ateas con ella. Ella me dio mi primera lección en la fe cristiana. Debido a nuestras coversaciones, comencé a pensar que era posible que los ateos estuviéramos equivocados.

A la edad de 60 años, gracias a mi amiga, acepté a Cristo y fui bautizada. Repentinamente, descubrí todo un mundo que anteriormente era desconocido para mí.

Cuando me mudé al pueblo de Yuzhni en Krasnodar, me sentí sola. Dios me dirigió a una iglesia nueva. Hice nuevas amistades cristianas y ya no estaba sola. Después de un tiempo, comencé un estudio bíblico en el que le hablaba a los miembros acerca del evangelio y acerca de Jesús. Ahora me pregunto: ¿Cómo pude vivir sin Dios anteriormente?

Sa. Galina Vyugova (Krasnodar, Rusia)

Oración:

Dios amado, gracias por la fe salvadora en Jesucristo, y por el gozo de ser una persona cristiana. Amén.

PENSAMIENTO PARA EL DÍA El creer en Cristo abre la puerta hacia un mundo nuevo.

OREMOS:

Por las personas ateas.

 Pedro: el sediento de Dios