viernes, 15 de octubre de 2010

El retorno del hijo pródigo

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 15 de octubre de 2010
El retorno del hijo pródigo

Léase el Salmo 42.1-5

«Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado». Así que empezaron a hacer fiesta.
-Lucas 15.24 (NVI)

HABÍA entrado a una iglesia cientos de veces anteriormente, pero esta vez fue diferente. Recuerdo que estaba subiendo las escaleras, saludando a un par de ujieres y después trataba de decidir dónde quería sentarme. Todo era muy normal. Pero entonces comencé a llorar. Lo mismo ocurrió la semana siguiente y la semana después de esa semana.

Estaba sorprendido de mi reacción porque no lloro a menudo. ¿Que ocurrió? Seguramente fue que renové mi compromiso con Dios, después de varios años sin tomar en serio mi fe.

Como muchas personas, había permitido que mi fe cristiana fuera una parte casual e insignificante de mi vida. Sí, creía en Dios, pero no pensaba mucho en Dios. Estaba viviendo una vida muy afanada y Dios era sólo una parte de ésta, una parte muy pequeña desafortunadamente. Mis lágrimas eran debido a mi regreso a Dios, que me aceptó a pesar de haber ignorado nuestra relación por mucho tiempo. Las lágrimas eran el resultado de reconocer que la relación con Dios es esencial, una parte central de quién soy y para qué fui creado.

Sr. James Davidson (Quebec, Canadá)

Oración:

Amado Padre, gracias por recibirnos cuando retornamos a ti. Acércanos a ti. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

La relación con Dios es la base firme para una vida buena.


OREMOS:

Por quienes se han alejado de Dios.


 Pedro: el sediento de Dios



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