sábado, 24 de abril de 2010

Una lección de santidad

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 24 de abril de 2010
Una lección de santidad

Léase Romanos 5.1-5

Y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.
-– Romanos 5.4 (RVR)

TENGO hijas gemelas de 19 meses. Cada una tiene un juego de bloques. Un día estaban tratando de colocar los bloques uno sobre el otro hasta ver cuán alto lograban llegar. Como no entendían que cada bloque tenía que ser más pequeño que el que estaba debajo, había una avalancha de bloques cada vez que llegaban a cierto punto. Podía darle los bloques en el orden indicado para asegurarles su éxito, pero entonces no hubieran aprendido a hacer sus propias torres.

A veces nos comportamos como si creyésemos que Dios nunca debe permitirnos fallar. En esos momentos en que fallamos, cuestionamos a Dios: «¿Por qué no me ayudaste?».

Dios desea que tengamos éxito, sobre todo en nuestra rectitud. A través del fracaso, crecemos en perseverancia, carácter y confianza. Muchos personajes de la Biblia experimentaron grandes fracasos, pero siguieron adelante. El fracaso no significa que Dios está contra nosotros o que somos totalmente incapaces. El fracaso podría ser exactamente lo que Dios puede utilizar. Al final, tal vez no alcancemos grandes logros, pero podremos llegar a ser mejores personas.

Sr. Bob La Forge (Nueva Jersey, EUA)

Oración:

Oh Dios, ayúdanos a evaluarnos no por el poder, la fama o el dinero, sino por el crecimiento en rectitud. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

El verdadero éxito es usar nuestros fracasos para ser más como Cristo.


OREMOS:

Para entender la definición divina del éxito.



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