EL APOSENTO ALTO
Jueves, 8 de abril de 2010
Pero el Señor está conmigo como un guerrero poderoso... No olvides
Léase Isaías 43.1-7
-– Jeremías 20.11 (NVI)ERA el mes de septiembre y había estado por dos meses en una ciudad cercana a la mía. Dios me ha regalado la bendición de vivir con mi hija y con mis tres nietos, que son la alegría de mi vida y el motivo de mi oración.
Cuando me encuentro lejos disfruto con los mensajes de texto a través del teléfono celular, porque me ayudan a tener noticias. Un día recibí un mensaje de mi hija diciendo que se había detectado algo en el seno. De inmediato hice que mi hija me prometiera que al día siguiente consultaría a su ginecólogo.
La angustia llenó mi corazón a partir del momento en que recibí la noticia. Pero el Señor me hizo recordar unas palabras que había leído unos días antes: «No olvides en la oscuridad lo que aprendiste en la luz». Esa frase sacudió mi entendimiento y me hizo volver mis ojos a la Palabra.
Cuando las circunstancias de la vida oscurecen nuestro panorama, la fe se esconde para dar lugar al temor. Debemos traer a nuestra mente todas las promesas de Dios en su Palabra. Al día siguiente supe que no existía peligro alguno para la vida de mi hija, y mi alma dio gracias a Dios por su protección.
Sra. Arlina Cantú de Canseco (Matamoros, México)
Oración:
Padre, gracias porque, cuando la fe quiere esconderse, tu amor nos fortalece y nos da la victoria. Amén.
La fe en el cuidado amoroso de Dios puede superar cualquier temor.
OREMOS:
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