jueves, 22 de abril de 2010

El Aposento familiar

EL APOSENTO ALTO

Jueves, 22 de abril de 2010
El aposento familiar

Léase Mateo 6.5-13

Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.
-– Proverbios 22.6 (RVR)

EN la buhardilla de mi corazón guardo como un tesoro preciado de mi niñez, el recuerdo de la celebración de El Aposento Alto matutino en mi hogar. Mi padre, que fue pastor, estableció esta costumbre familiar.

Se nos despertaba temprano en la mañana y nos reuníamos alrededor de la mesa del comedor, presidida por mi padre y mi madre y los cuatro hijos. Incluía además a Dominga, quien nos cuidó toda su vida.

La agenda era invariable. Primero, se leía El Aposento Alto. Segundo, una oración de agradecimiento a Dios y, tercero, se servía café y pan o galletas.

Los mensajes en las páginas del devocionario transmitían enseñanzas edificantes para comenzar el día. Eran talleres de aprendizaje en los valores cristianos, adornados con ilustraciones de calor humano, de poesía, de parábolas que movían a la reflexión. Eran auténticas joyas de motivación espiritual y de desafíos para posibilitar una transformación personal. Todavía resuena el eco de Proverbios 22.6: «Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él».

Sr. Samuel E. de la Rosa (San Juan, Puerto Rico)

Oración:

Te damos gracias, Señor, por ser nuestro guía fiel a través de los años. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Cómo recordamos a quienes nos han guiado en la fe?


OREMOS:

Porque nuestros hogares sean semilleros de valores.




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