miércoles, 14 de abril de 2010

Desayuno espiritual

EL APOSENTO ALTO

Miércoles, 14 de abril de 2010
Desayuno espiritual

Léase Proverbios 4.1-11

Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
-– éxodo 20.12 (VPEE)

AUNQUE tengo más de cuarenta años y dos hijas adultas, cada vez que visito a mis padres, que viven a más de diez mil kilómetros de distancia, repito el mismo ritual de mi niñez.

Cada mañana salto de mi cama y me voy junto a ellos a la suya. Mi madre lee El Aposento Alto, mientras yo acaricio la cabeza blanca de mi padre. Al finalizar la lectura, oramos juntos. Además de pedirle a nuestro amado Dios por todas nuestras necesidades, por parientes y amigos, le damos gracias por su infinito amor y por permitirnos estar juntos una vez más. Después, antes de levantarnos, hablamos sobre las actividades del día, a veces sobre nuestros sueños de la noche o sobre las dudas, preocupaciones o temores que nos asaltan.

Aunque hablamos de nuestras preocupaciones, también sabemos que bajo la mano protectora de nuestro amado Padre, no debemos temer. Dios siempre estará guiando nuestras vidas, dondequiera que estemos.

Para mí, y estoy segura que para mis padres, es un momento muy especial, en el que no sólo entramos en comunión con Dios, sino también en el que alimentamos nuestro amor.

Sa. Magda Ponce de León (Zurich, Suiza)

Oración:

Dios amado, te doy gracias por las familias que se unen diariamente en oración y en amor. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

La oración y el amor mantienen a la familia unida.


OREMOS:

Por los padres que tienen sus hijos en el extranjero.

 



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