jueves, 15 de abril de 2010

El tesoro enterrado

EL TESORO ENTERRADO
 
Había una vez en la ciudad de Cracovia, un anciano piadoso y  solidario que se llamaba Izy.  Durante varias noches, Izy soñó que viajaba a Praga y llegaba hasta un puente sobre un río; soñó que a un costado del río y debajo del puente se hallaba un frondoso árbol. Soñó que él mismo cavaba un pozo al lado del árbol y que de ese pozo sacaba un tesoro que le traía bienestar y tranquilidad para toda su vida.
 
Al principio Izy no le dio importancia, pero después de repetirse el sueño durante varias semanas, interpretó que era un mensaje y decidió que él no podía desoír esta información que le llegaba de Dios o no se sabía de dónde, mientras dormía.  Así que, fiel a su intuición, cargó su mula para una larga travesía y partió hacia Praga.
 
Después de seis días de marcha, el anciano llegó a Praga y se dedicó a buscar, en las afueras de la ciudad, el puente sobre el río.  No había muchos ríos, ni muchos puentes. Así que rápidamente encontró el lugar que buscaba. Todo era igual que en su sueño: el río, el puente y a un costado del río, el árbol debajo del cual debía cavar.  Sólo había un detalle que en el sueño no había aparecido: el puente era custodiado día y noche por un soldado de la guardia imperial.
 
Izy no se animaba a cavar mientras estuviera allí el soldado, así que acampó cerca del puente y esperó. A la segunda noche el soldado empezó a sospechar de ese hombre cerca del puente, así que se aproximó para interrogarlo.  El viejo no encontró razón para mentirle. Por eso le contó que venía viajando desde una ciudad muy lejana, porque había soñado que en Praga debajo de un puente como éste, había un tesoro enterrado.
 
El guardia empezó a reírse a carcajadas:
-    Mira que has viajado mucho por una estupidez -le dijo el guardia-.
 
Hace tres años que yo sueño todas las noches que en la ciudad de Cracovia, debajo de la cocina de la casa de un viejo loco, de nombre Izy, hay un tesoro enterrado, ja, ja, ja.... 
 
Izy agradeció humildemente al guardia y regresó a su casa.  Al llegar, cavó un pozo debajo de su propia cocina y sacó el tesoro que siempre había estado allí enterrado.
 
Nadie tiene la respuesta a tus preguntas, solo tú.  Las respuestas las encontrarás en ti, en ningún otro lado sólo en ti.  Siéntete afortunado y tranquilo de saber, por fin, que el tesoro está contigo, que siempre lo estuvo y que es imposible perderlo.
 
Autor Desconocido
 
EL TESORO BAJO LA TIERRA
 
Era un día cualquiera.  Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo del arado; mira desconcertado descubriendo que ha desenterrado un tronco llenó de monedas de oro, una inconmensurable fortuna para él.  El hombre arrastra el tronco hasta el frente de su rancho y lo entierra profundamente en su jardín.
 
Por días piensa y piensa:  ¿qué hacer con todo eso? Imagina todo lo que podría comprar y decide dejarlo enterrado... Con ese tesoro, cualquier cosa podrá resolverse.  Este tronco lleno de monedas de oro, será su seguridad ante el acontecimiento de un imprevisto, una calamidad o una dura temporada.
 
Tener la seguridad de su tesoro enterrado cambia sustancialmente el carácter de nuestro hombre: de precavido, se transforma en un ser relajado; de gruñón y taciturno, pasa a ser un hombre chispeante y agradable, elimina su temor y su intolerancia y los cambia por confianza, fe y compasión. De hecho, ahora concibe la vida como una experiencia hermosa y feliz, sabiendo que, aunque lleguen cosas duras, podrá hacerles frente.
 
Toda la vida de este ser da un giro radical para bien suyo, de su familia, amigos y allegados, llegando incluso a transformar el estado de la comarca, pues se va tornando en un hombre esforzado, positivo e influyente, su marco de acción se engrandece sustancialmente. La abundancia sin límites caracteriza ahora su vida.  Pero tras muchos años de buen vivir, las últimas horas de este notable y amado hombre llegan.  Antes de expirar, nuestro amigo reúne a sus hijos y les revela su increíble y bien guardado secreto. Entonces, tranquilo, muere en paz.
 
Al día siguiente, muy temprano, sus hijos cavan afanosamente en el lugar indicado, y encuentran el tronco.  Pero, para sorpresa de todos, está vacío.  Las monedas habían sido robadas por unos aventureros desde hacía más de 10 años.
 
Reflexión:
 
¿Cuál es el verdadero tesoro?  Observa que no fue el hecho de ser rico lo que dio seguridad y felicidad a nuestro héroe, sino más bien, la idea de que tal riqueza y felicidad existían.  Esta historia nos da una perspectiva acerca del poder que tienen nuestros pensamientos.  Cuando tengamos la sensación de que somos desgraciados, apartados, olvidados, no merecedores de algo, o decididamente malvados, pensemos si no estamos otorgando un poder especial a nuestros pensamientos. Apresurémonos a dar un giro mental a la situación y desenterremos nuestro tesoro.
 
Autor Desconocido


 

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