lunes, 12 de abril de 2010

Mirar hacia atrás

MIRAR HACIA ATRÁS
 
Hace mucho tiempo vivía en Tracia un cantor llamado Orfeo.  Su canto era tan hermoso que los animales acudían a oírlo.  Se dice que también era capaz de acallar una tempestad y apaciguar las olas con sus melodías.  Los dioses le obsequiaron una lira.  Orfeo vivía feliz en compañía de su esposa Eurídice.
 
Un día, Eurídice fue mordida por una serpiente y murió.  Orfeo la amaba tanto que decidió bajar a los infiernos y suplicarle a Hades que le devolviera a su esposa.  Al fondo de un precipicio encontró en una sala a su esposa en compañía de Hades.  El dios estaba enfurecido con el intruso que estaba allí sin haber sido llamado por la muerte.  Orfeo tomó su lira y expresó su dolor con acordes tan conmovedores que ablandaron el corazón de Hades.  Este le prometió que dejaría libre a su amada con una condición:  Orfeo no debía volver su mirada atrás hasta abandonar los infiernos.  Si por temor o amor miraba hacia atrás, la perdería para siempre. 
 
Orfeo, loco de alegría comenzó a caminar.  Caminaba y podía escucharlos pasos de su esposa detrás.  De repente, pudo ver el sol, faltaba poco.  Trató de escuchar pero no se oía nada.  Se asustó y angustió.  Miró para atrás intuyendo lo peor, pero Eurídice estaba detrás suyo.  La tenía del brazo Hermes, el guía de las almas.  Desapareció junto a la bella mujer para siempre.
 
Todos los días, muchos hombres y mujeres que tienen el talento de Orfeo, buscan a su Eurídice en alguna parte.  Ella puede ser algo bueno o hermoso que ya no está.  Es pasado.  También como este Orfeo, bajamos al infierno a buscar lo que perdimos.  Y cuando miramos para atrás, la pérdida es aún más grande.
 
Hay momentos en los que es importante mirar sólo para adelante, detrás hay cosas bellas o momentos inolvidables, pero también aferrarnos a ellos puede convertirlos en nuestra pesadilla.
 
Autor Desconocido   
 
CONFÍA
 
    Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.
    Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.
    Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía, Pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas.
    Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez de sonreír, pero descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.
 
Yo perdí muchas veces y muchas cosas  en mi vida, pero  junto a ese  "perder" hoy lucho por el valor de "ganar", porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.  No importa en qué momento te cansaste.  Lo que importa es que siempre es importante y necesario recomenzar, porque recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar  las esperanzas en la vida y lo más importante: Creer en ti mismo.

    ¿Sufriste mucho en este período?, fue aprendizaje.
    ¿Lloraste mucho?, fue limpieza del alma.
    ¿Sentiste rencor?, fue para aprender a perdonar.
    ¿Estuviste solitario en algún momento?, fue porque cerraste la puerta.
    ¿Te sientes solo?, mira alrededor y encontrarás mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse más a ti.
 
Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida. Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, que la vida nos trae lo que anhelamos.  Si pensamos pequeño, lo pequeño nos vendrá.  Si  pensamos firmemente en lo mejor, en positivo y luchamos para alcanzarlo, va a venir a nuestra vida.  Arroja lo malo a la basura, limpia tu corazón y haz que estés listo para una nueva vida, para un nuevo amor,  porque además somos la manifestación del amor.  
 
Confía en la vida, confía en ti, y principalmente, confía en Dios.


 




" ¿Sabes cómo tener tus amigos de Facebook en Messenger?" Entra aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario