miércoles, 12 de mayo de 2010

Una mujer de oración

EL APOSENTO ALTO

Miércoles, 12 de mayo de 2010
Una mujer de oración

Léase el Salmo 71.1-14

Dios mío, no te alejes de mí; Dios mío, ven pronto a ayudarme.
-– Salmo 71.12 (NVI)

MI abuela era una mujer de oración. Podía orar por 20 minutos sin descansar e incluía en sus oraciones palabras de la Biblia poco comunes. Sus oraciones eran inspiradoras. Sin embargo, al sufrir una serie de derrames cerebrales, sus oraciones se volvieron sencillas y directas. Sostuve su mano en el hospital mientras ella sólo susurraba: «Oh Dios, fortaléceme».

Al igual que mi abuela, los salmos nos dan ejemplos de oraciones elocuentes así como de oraciones directas. En medio de los elocuentes versículos de los salmos, a menudo hallamos el clamor profundo del corazón: «sálvame», «socórreme», «escúchame». Dios es la fuente de salvación, protección, consuelo y victoria en los momentos de gran necesidad.

El Salmo 71 expresa lo que Jesús pudo orar en su última semana, sabiendo las grandes pruebas que le sobrevendrían, hallando consuelo en el gran poder de Dios. Jesús necesitaba sentir la presencia de Dios y su mano guiadora esa semana en Jerusalén (Vea Lucas 19.23). Cuando lucho con la incertidumbre o el dolor, puedo recordar que Dios sigue siendo «mi roca de refugio» y «mi fortaleza».

Sr. Dan R. Dick (Wisconsin, EUA)

Oración:

Oh Señor, sé nuestro refugio. Restáuranos para que podamos proclamar tu alabanza y tus buenas nuevas. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Estamos invitados a decirle a Dios lo que sentimos.


OREMOS:

Por quienes me enseñaron a orar.




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