EL APOSENTO ALTO
Lunes, 24 de mayo de 2010
Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón. En búsqueda de Dios
Léase 1º de Reyes 19.11-13
-– Jeremías 29.13 (NVI)LAS olas nos mojaban mientras el barco en que navegábamos para ver las ballenas partía, pero estaba disfrutando profundamente cada momento del viaje. ¿Veríamos una fuente brotar o el rocío del palmetazo de la cola de la ballena? No sabía qué esperar, pero estaba segura de que sería magnífico.
Después de una hora de recorrido, regresamos a nuestro camarote. Estábamos en el balcón con vista al océano, lamentándonos, cuando un pequeño rocío anunció la presencia de una ballena. Ninguna fuente o salto de agua anunció su presencia, pero el momento fue emocionante.
Recordé a Elías buscando a un Dios poderoso en el viento, en el terremoto y en el fuego, sólo para hallarlo en el silbo apacible (1º de Reyes 19.12). ¿Cuán a menudo buscamos lo espectacular, sólo para descubrir que Dios estaba con nosotros en lo cotidiano, esperando ser hallado? Podemos escuchar la voz de Dios en la llamada telefónica de un amigo. Vemos el cuidado de Dios en los versículos de la Biblia que nos guían en las situaciones diarias. Sentimos su toque consolándonos. Vemos a Dios revelándose quietamente en nuestras vidas.
Sa. Evelyn Beck (Washington, EUA)
Oración:
Amado Dios, gracias por las formas en que tu bondad viene a mi. Ayúdame a verlas y a ser agradecida. Amén.
La bondad extraordinaria de Dios se nos revela en lo cotidiano.
OREMOS:
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