sábado, 8 de mayo de 2010

Quebrantado y restaurado. y la ofrenda de la viuda

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 7 de mayo de 2010
Quebrantado y restaurado

Léase Isaías 61

¡Dios, restáuranos! ¡Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos!
-– Salmo 80.3 (RVR)

SOY negociante de antigüedades. Me gusta el proceso de recuperar y restaurar artículos a sus antiguas condiciones. Algunos de mis proyectos necesitan sólo limpieza o pulimento para ser restaurados; otros necesitan reparaciones mayores. Cada vez que puedo restaurar un tesoro antiguo, pienso en el gozo que Dios puede sentir al dirigir el proceso de nuestra restauración. Como lo ha prometido, Dios está recreándonos a nosotros y al mundo entero (Vea Apocalipsis 21.1-7).

Para mí, la restauración es el mensaje principal de toda la Biblia. Dios se revela como el divino y absoluto Salvador. Nosotros/as somos seres humanos menos que perfectos, con la tendencia a continuar viviendo en nuestro estado de quebranto. Somos semejantes a las piezas antiguas que encuentro: defectuosas, rotas y con necesidad de un nuevo comienzo.

A través de la obra de Dios, se nos ha dado nueva vida por la fe en Jesucristo, «el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación» (Romanos 4.25). Por la fe en Cristo, somos nuevas criaturas, capaces de ser todo lo que Dios quiere que seamos.

Sra. Sandra Bartz (Ohio, EUA)

Oración:

Gracias, Padre, porque por medio de la fe en Jesucristo tenemos plenitud. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

La palabra que describe el mensaje de Dios es «restauración».


OREMOS:

Por los nuevos creyentes.
 
 
 

Sábado, 8 de mayo de 2010

La ofrenda de la viuda

Léase Marcos 12.41-44

Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.
-– Mateo 5.3 (NVI)

EL recordatorio de la iglesia sobre mis promesas de ofrenda estaba entre la correspondencia sobre la mesa hacía una semana. Cada vez que salía y regresaba del trabajo, veía el sobre y pensaba en las facturas que tenía que pagar, y en el conflicto que sentía en torno a ofrendar a los ministerios de la iglesia.

Una mañana leí el relato bíblico de la viuda pobre que ofrendó generosamente a pesar de su pobreza, contribuyendo con todo lo que tenía para su sustento, con la fe de que Dios la sostendría. Jesús reconoció este obsequio como uno más valioso que las ofrendas del rico que dio de su abundancia.

Comprendí que todos/as venimos a Cristo en pobreza espiritual. No tenemos nada que ofrecer a cambio de los dones que Dios nos da; sólo podemos ofrecernos a nosotros mismos como siervos bajo su voluntad. Dios nos recibe y nos da la bienvenida a una vida plena. Dios no desea ofrendas dadas por obligación, sino por el amor que sale del corazón. El reconocer mi pobreza espiritual me ha hecho profundamente agradecido por todo lo que tengo, y ha abierto mi corazón para apoyar el trabajo de mi iglesia y a otras personas en necesidad.

Sr. Michael Albanese (Nueva York, EUA)

Oración:

Amado Dios, acéptanos en nuestra pobreza espiritual, y guíanos para amarte y servirte de todo corazón. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Cómo puedo usar fielmente los dones que Dios me ha dado?


OREMOS:

Para tener un corazón generoso.

 



Con las alertas de Hotmail no perderás detalle de tu correo. ¡Contrátalo ya!

No hay comentarios:

Publicar un comentario