viernes, 27 de agosto de 2010

LO menos que esperamos

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 27 de agosto de 2010
Lo menos que esperamos

Léase Hechos 3.1-10

Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
-Hechos 3.6 (RVR)

CUANDO mis hijos eran niños y querían un juguete, a menudo escuchaba: «¡Pero mamá, lo necesito!». Como hijos de nuestro Padre celestial, no somos diferentes. A veces lo que percibimos como nuestra necesidad no es lo que necesitamos. En la lectura de hoy, el mendigo que estaba a la puerta del templo pensó que su mayor necesidad era el dinero. Era paralítico y no tenía forma de ganar dinero para su sustento.

Si Pedro y Juan le hubieran dado dinero, su necesidad inmediata hubiera sido suplida, pero su vida no hubiera cambiado. Pedro vio la necesidad mayor del hombre: sanidad física y espiritual. El mendigo salió de la puerta transformado, alabando a Dios. ¡Podía caminar! Recibió lo que necesitaba.

Nuestro Dios sabio a menudo ve más allá de lo que pedimos. Hace muchos años, oré para que Dios moviera a mi esposo a un trabajo en particular. No ocurrió. Desde ese entonces esa organización ha sufrido años de movimiento de empleados y reveses. Dios en su misericordia nos envió a un lugar estable.

Sra. Cathy Bryant (Texas, EUA)

Oración:

Amado Padre, gracias por suplir nuestras necesidades más profundas. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Dios obra por medio de nosotros para suplir las necesidades de quienes están cerca de nosotros.


OREMOS:

Para confiar en que Dios suplirá lo que necesitamos.


 Pedro: el sediento de Dios



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