jueves, 29 de julio de 2010

Saborear la bondad de Dios

Jueves, 29 de julio de 2010
Saborear la bondad de Dios

Léase el Salmo 34.1-10

Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura...
-1ª de Pedro 2.23 (VPEE)

EN una finca de árboles frutales cerca de mí venden melocotones frescos. El agricultor ofrece tajadas de las diferentes variedades para que los clientes prueben y comparen.

El probar aumenta nuestro conocimiento de otras bendiciones. El delicioso sabor de las frutas que llena mi boca crea el deseo de probar más. El agricultor tiene confianza en sus melocotones. Él sabe que quienes los prueben desearán más.

Con una seguridad similar, el Salmo 34.8 nos anima: «prueben y vean que el Señor es bueno». Probamos las bendiciones de Dios cuando vivimos como Dios nos pide, y nuestras vidas mejoran. Por ejemplo, mi esposa me aconsejó superar la amargura hacia mi padre, que abandonó nuestra familia. El resentimiento contra mi padre se había convertido en un veneno para mi alma. Cuando obedecí a Dios al perdonar a mi padre, la carga de negatividad fue removida de mi corazón. En confianza y obediencia, experimenté la ayuda y la bendición de Dios. Aun más de lo que deseo los melocotones frescos, estoy deseoso de caminar más cerca de Cristo, quien nos ofrece vida abundante (Vea Juan 10.10).

Sr. Clifford B. Rawley (Missouri, EUA)

Oración:

Gracias, Dios, porque a medida que caminamos por tus caminos disfrutamos tu bondad. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Cómo y cuándo he disfrutado de la bondad de Dios en mi vida?


OREMOS:

Para perdonar a otros miembros de mi familia.


 

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