EL APOSENTO ALTO
Jueves, 15 de julio de 2010Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro. El amor de Dios
Léase el Salmo 103.1-14
-Salmo 103.1314 (NVI)HE escuchado a algunas personas reclamar que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios de violencia y de venganza, mientras que el Dios del Nuevo Testamento es un Dios de amor y de misericordia. Pero hay un sólo Dios en la Biblia.
El salmo 103 ofrece una hermosa descripción de la gracia. El amor de Dios por mí es como mi amor para mis hijos, sólo que más profundo y más perfecto. Cuando mis hijos eran niños, yo les decía: «Les amo tanto como esto» y extendía mis brazos lo más que podía. De la misma manera, Dios nos muestra su amor por nosotros, sosteniéndonos en una mano, y colocando nuestros pecados lejos de nosotros en la otra. Este perdón amoroso es un don inmerecido.
Nuestro Creador conoce nuestras limitaciones. Aunque desea lo mejor para nosotros/as, Dios no se sorprende ni se contraría cuando fallamos en vivir a la altura de su volundad para nosotros/as. El amor de Dios para nosotros es aun más abundante e incondicional que el amor de los padres por sus hijos e hijas.
Sr. Mike Macdonald (Carolina del Norte, EUA)
Oración:
Gracias, oh Dios, por tu gracia y misericordia que llega a nosotros/as a través de Jesucristo. Amén.
El amor de Dios se extiende desde la eternidad hasta la eternidad.
OREMOS:
Pedro: el sediento de Dios
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