EL APOSENTO ALTO
Jueves, 1 de julio de 2010¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti... Recuerde respirar
Léase el Salmo 63.1-8
-Salmo 63.1 (VPEE)PIENSO que mi vida espiritual a veces es igual. Estoy rodeado de la presencia de Dios, pero mi inmadurez no me deja respirar espiritualmente. No leo mi Biblia, ignoro mi necesidad de momentos de quietud, descuido la comunión con Dios. Todas estas prácticas son necesarias para respirar el Espíritu Santo, y para limpiar mi alma de los elementos tóxicos que acumulo.
Cuando me siento deprimido y sin esperanza, la mano de Dios me toca, así como hacen las enfermeras/os que cuidan los bebés prematuros. Entonces me percato de que me siento vacío porque he olvidado la actividad cotidiana más importante: respirar la vida del Espíritu Santo de Dios. Cuando comprendo que no estoy respirando regularmente, regreso a mi tiempo de meditación, y me renuevo en la presencia amorosa de Dios.
Sr. Keith J. Peevy (Alabama, EUA)
Oración:
Amado Señor, gracias por tu toque que renueva nuestro deseo de respirar tu vida salvífica. Amén.
El tiempo con Dios es tan necesario como el respirar.
OREMOS:
Pedro: el sediento de Dios
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