EL APOSENTO ALTO
Lunes, 19 de julio de 2010
Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer. Jesús, nuestro mejor amigo
Léase Juan 15.9-17
-Juan 15.15 (RVR)MI hijo, un aficionado al deporte de la tabla o surfing, estaba emocionado cuando dos campeones mundiales de este deporte se unieron a él y sus amigos. Los dos estaban asistiendo a competencias de tabla en Australia, pero esa mañana habían huído de la multitud para hallar una playa tranquila. Fueron al mismo lugar donde mi hijo y sus amigos habían ido por la misma razón.
«Nos trataron como si fuéramos iguales a ellos, aun cuando eran campeones surfistas», me dijo mi hijo asombrado. «Fueron realmente como amigos». El practicar el deporte de tabla con esos hombres fue una experiencia que él va a recordar por el resto de su vida.
Sus palabras me hicieron pensar en Jesús, que vino a ser como uno de nosotros/as y nos trató como iguales. Aunque él es Rey de reyes, Jesús no actuó como un déspota, sino que se relacionó como un amigo y maestro. De hecho, lo que Jesús más desea es una amistad profunda con cada persona.
Sra. Dorothy O'Neill (Australia del Sur, Australia)
Oración:
Amado Señor, danos la gracia y la humildad para permitirte a ti y a nuestro prójimo servirnos. Amén.
Jesús es el mejor amigo que cualquiera de nosotros/as pudiera tener.
OREMOS:
Pedro: el sediento de Dios
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