viernes, 21 de enero de 2011

DOS HISTORIAS, DOS DESTINOS



 


DOS HISTORIAS, DOS DESTINOS
 
Una vez, un niño entró en la sala de emergencia de un hospital tras haber sido atropellado. El motorizado que lo auxilió, al solicitársele que efectuara el depósito necesario para atender al niño, informó que no poseía en ese momento efectivo o cheque que pudiera dejar en garantía, pero que, si el hospital aceptase, efectuaría el depósito a primera hora de la mañana. La enfermera, ante la imposibilidad de ordenar que el niño fuera atendido, fue a consultar el caso con uno de los directores del  hospital que, justamente esa noche, estaba de guardia. El doctor no dio la orden de atenderlo, hecho que condujo a la muerte de la criatura.
 
Cuando un rato después, el médico fue llamado para firmar el deceso del niño, descubrió que éste era su hijo, quien pudo haberse salvado si hubiese sido atendido.
 
Antonio, un padre de familia, cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de tránsito caótico y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos. Cuando se aproximó al carro de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca, que por poco ocurre una colisión. En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó:
-    Ese hombre está tan nervioso y apurado, sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino.
 
Con estos pensamientos, detuvo por completo su auto y lo dejó pasar. Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado por su esposa al hospital.  Inmediatamente se dirigió al hospital.  Al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole:
-    Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; él ya está fuera de peligro.
 
Aliviado, Antonio pidió hablar con el médico para agradecerle, pero cuál no sería su sorpresa cuando vio que el médico era ese señor nervioso y apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes.
 
Autor Desconocido   
 
Hay que estar siempre dispuesto a ayudar al prójimo, independientemente de su apariencia o condición económica. Trata de ver a los demás más allá de las apariencias. Imagina que detrás de esa actitud, existe una historia, un motivo que puede llevar a una persona a actuar de una manera que quizás tú no entiendas.
 
DEBO SER
 
Debo ser fuerte sin ser rudo,
Ser amable sin ser débil,
Aprender con orgullo sin arrogancia,
Aprender a ser gentil sin ser suave,
Ser humilde sin ser tímido,
Ser valioso sin ser agresivo,
Ser agradecido sin ser servil,
Meditar sin ser flojo.

Por eso Señor te pido:

Dame grandeza para entender,
Capacidad para retener,
Método para aprender,
Sutileza para interpretar,
Gracia para hablar.
Acierto al empezar,
Dirección al progresar,
Y perfección al acabar.
 
Amén   
 
Un Abrazo, que Dios te bendiga, te muestre su rostro, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad; 
 
            

 
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