viernes, 5 de noviembre de 2010

Ya no son extranjeros

EL APOSENTO ALTO

Viernes, 5 de noviembre de 2010
Ya no son extranjeros *

Léase Efesios 2.11-22

Amaréis, pues, al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.
-Deuteronomio 10.19 (RVR)

EL servicio del domingo en la mañana había concluído y estaba esperando para entrar al pasillo que conducía hacia la puerta. Un hombre que nunca había visto se dirigió hacia el final del otro banco, colocó una mochila abultada cerca del pasillo congestionado del centro, después cambió de dirección y se alejó. Sentí una reacción de alarma. No todas las mochilas que lleva un extraño son una posible amenaza, pero los actos de terrorismo han dado lugar también a las sospechas.

Antes de que pudiera reaccionar, un miembro de nuestra congregación se acercó al recién llegado, dándole la bienvenida. Un placer genuino iluminó el rostro del hombre y, mientras los dos dialogaban extensamente, mi ansiedad se redujo.

La respuesta de mi hermano en la fe no sólo confirmó la realidad de que Jesús derribó los obstáculos que nos separaban de Dios y de otras personas, sino que también demostró el potencial que tiene la hospitalidad para sanar. Tal hospitalidad bendice a todas las personas a quienes toca: quienes la extienden, quienes la aceptan y quienes son testigos de ella.

Sr. William T. Haes (Nueva Jersey, EUA)

Oración:

Amado Dios ayúdanos a mostrar la hospitalidad que invita a otras personas a tu presencia. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

La hospitalidad cristiana puede derribar temores y sospechas.


OREMOS:

Por las personas nuevas en nuestra iglesia.


 Pedro: el sediento de Dios



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