sábado, 13 de noviembre de 2010

La luz de Dios

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 13 de noviembre de 2010
La luz de Dios

Léase Isaías 60.1-2, 18-22

Tu sol no volverá a ponerse, ni menguará tu luna; será el Señor tu luz eterna...
-Isaías 60.20 (NVI)

EL encendido de la lámpara al caer la noche se convirtió en una ceremonia muy importante en la casa de mi abuela. Limpia y llena de aceite, la lámpara se colocaba sobre la mesa. El tubo de la lámpara, el elemento que ilumina, era calentado con una llama de gas etílico. Después venía el gran momento, al apretar el encendedor. La lámpara repentinamente estallaba en una luz brillante, iluminando el centro del salón. Esto anunciaba la hora de la cena, y brindaba comodidad y relajación después del trabajo y de las faenas del día.

El sentido de bienestar representado por la lámpara y el cambio dramático de la oscuridad a la luz, ilustran seguramente lo que Isaías quiso decir al hablar del pueblo de Israel con la luz de Dios iluminándolos. En su visión del futuro glorioso con Dios, el cambio es tan completo que ya no habrá más violencia ni destrucción; el dolor terminará. No habrá oscuridad y esa luz no tendrá que ser encendida una y otra vez.

La luz de Dios brilla sobre nosotros también, y en esa luz hallamos vida, aliento y dirección en nuestro camino.

Sr. W.M.M.Campbell (Aberdeen, Escocia)

Oración:

Padre amoroso, has encendido una luz que no se puede apagar. En momentos de dificultad, dolor y desesperanza, permite que tu luz brille en nuestros corazones. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

La luz de Dios no puede apagarse.


OREMOS:

Por quienes necesitan la luz de Dios.


 

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