sábado, 27 de noviembre de 2010

Consecuencias

 

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 27 de noviembre de 2010
Consecuencias

Léase Mateo 6.7-15

Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.
-Mateo 6.14 (RVR)

AL abrir la puerta que da hacia el patio, tuve una confrontación con una vecina que estaba enojada. Su voz se ahogaba entre los ruidos de nuestros hijos jugando alegremente en su patio. Se veía muy enojada, lanzando acusaciones contra mí y mis hijos. Inicialmente quería golpearle la cara. En vez de hacerlo, llamé a los niños y cerré la puerta.

El enojo creció en mí como una caldera hirviendo. Pero en lugar de dejarlo en la manos de Dios, retuve el enojo, permitiéndole que corrompiera mi vida. Un día, Jesús me movió a arrodillarme con estas palabras del Padrenuestro: «Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores». Sentí como una flecha helada que llegaba al blanco de mi ardiente enojo.

Había perdido la relación con mi vecina hasta que Dios me ayudó a ver la verdad. Si no le entregamos nuestro enojo y nuestra soberbia a Dios, esas emociones pueden destruir nuestras vidas. Le doy gracias a Dios por la lección aprendida.

Sra. Julia Cutting (Yorkshire del Este, Inglaterra)

Oración:

Amado Señor, ayúdanos a dejar a un lado nuestro orgullo y nuestras heridas, y a enfocarnos en otras personas y en ver más allá de las palabras hirientes. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Cuando nos negamos a perdonar, todo nuestro ser se afecta.


OREMOS:

Por las relaciones quebrantadas.


 Pedro: el sediento de Dios



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