sábado, 11 de diciembre de 2010

Consuelo para el pueblo de Dios

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 11 de diciembre de 2010
Consuelo para el pueblo de Dios

Léase Lucas 24.30-52

Se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino...?
-lucas 24.32 (NVI)

ACABABA de entrar a una tienda en diciembre. Las decoraciones de Navidad estaban en todas partes y se escuchaban los cánticos navideños. Mientras observaba a los compradores, me dí cuenta de que se supone que ésta sea una época de gozo. Pero yo estaba lleno de preocupaciones y de ansiedad.

Había sido un año difícil. Esperaba celebrarlo y disfrutarlo, pero tuve que enfrentar un desafío tras otro. Me sentía tan temeroso ante el futuro incierto como los dos discípulos en el camino a Emaús. Pero entonces Alguien se les unió.

Sus rostros alicaídos reflejaban su decepción. Esperaban que Jesús fuera el que salvara a Israel, pero su crucifixión los había dejado preocupados por el futuro. Su esperanza fue restaurada cuando Jesús se les reveló, y regresaron a Jerusalén a contarlo a los otros discípulos.

Como los discípulos, al reunirme con mis seres amados, hallo fortaleza para enfrentar mi futuro. Esto me recuerda que la mano de Dios está siempre presente para consolarnos cuando nos reunimos con otros creyentes. Nunca estamos solos, no importa lo atemorizantes que parezcan nuestras circunstancias.

Sr. Philip Polo (Nairobi, Kenia)

Oración:

Dios amoroso, gracias por tu consuelo cuando nos sentimos atemorizados, ansiosos y preocupados. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

En cada reto que enfrentamos, Dios desea sólo lo mejor para nosotros.


OREMOS:

Por quienes están ansiosos durante la Navidad.


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