miércoles, 1 de diciembre de 2010

Consuelen a mi pueblo

EL APOSENTO ALTO

Miércoles, 1 de diciembre de 2010
Consuelen a mi pueblo

Léase Isaías 40.1-8

El Dios de ustedes dice: «Consuelen, consuelen a mi pueblo».
-Isaías 40.1 (VPEE)

MIENTRAS paseaba a mi perro una fría tarde de diciembre, mis botas crujían en la nieve. Al acercarme al cementerio de nuestro pueblo, me intrigó ver un suave brillo de luces en una esquina a la distancia. Decidí investigar. La nieve casi tapaba mis botas mientras me deslizaba cuidadosamente por la pequeña ladera hacia el resplandor. Cerca de la tumba de un hombre que había fallecido recientemente, había un pequeño árbol de Navidad, decorado con luces de Navidad blancas.

Me imaginé a su viuda recordando Navidades pasadas al colocar este árbol en su tumba. No pude menos que recordar el contraste entre mi hogar, rebosante de anticipación por la Navidad, y esa familia con un asiento vacío en la mesa. Esta época de gozo puede ser también un tiempo de tristeza y dolor.

Al celebrar el nacimiento de Jesús, recordamos que él vino a ofrecer aliento al corazón abatido y esperanza al triste. Esas luces de Navidad me recordaron que debo estar consciente de las personas que necesitan el amor y la compasión de Dios.

Sa. Susan J. Foster (Connecticut, EUA)

Oración:

Amado Dios, hoy y cada día celebramos Emanuel, que siempre estás con nosotros. Ayúdanos a compartir tu esperanza con quienes la necesitan más. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

¿Cómo puedo compartir el amor de Cristo con alguien que está triste?


OREMOS:

Por quienes están de luto en esta época de gozo.


 Pedro: el sediento de Dios



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