lunes, 28 de junio de 2010

Un lugar para llanarlo casa

EL APOSENTO ALTO

Lunes, 28 de junio de 2010
Un lugar para llamarlo casa

Léase el Salmo 23

En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar.
-– Juan 14.2 (VPEE)

«QUIERO irme a casa», dijo mi tía con lágrimas. Hubiese querido aliviar su dolor. La última vez que la visité había preparado una cena familiar en la casa donde había vivido por más de 50 años. Ahora mi madre y yo habíamos venido a verla en un asilo para ancianos. En un período de tres años, su mundo había cambiado para siempre. Su esposo falleció, su salud se estaba deteriorando y su único hijo no podía cuidarla.

Cuando ya estábamos listas para salir, mi tía Isabel (no es su nombre real) expresó tristemente: «No». Mamá la abrazó y oró: «Jesús, gracias porque estás aquí con tía Isabel. Ayúdala a saber que nunca la abandonarás y que estás preparando un hogar para ella en el cielo». Mientras mi tía nos acompañaba a la salida, sentí que la estaba abandonando a una soledad que ella no tenía la capacidad de cambiar. Poco tiempo después de nuestra visita, tía Isabel fue a ver a su Salvador cara a cara.

Todos queremos y necesitamos un lugar al cual llamar nuestro hogar. Los cambios llegan a todas nuestras vidas; pero Cristo nos promete prepararnos un hogar permanente con él.

Sa. Joy E. Miller (Virginia, EUA)

Oración:

Señor Jesús, gracias por la esperanza que tenemos debido a nuestra confianza en ti y debido a tu provisión. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Aunque el hogar terrenal desaparezca, tenemos un hogar con Dios.


OREMOS:

Por personas que ya no pueden vivir solas.


 Pedro: el sediento de Dios





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