viernes, 4 de junio de 2010

La voz suave

EL APOSENTO

Viernes, 4 de junio de 2010
La voz suave

Léase Mateo 11.28-30

Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.
-– Mateo 11.29 (VPEE)

EN una feria del condado vi una maravillosa pareja de bueyes y su joven entrenador en acción. Este joven había criado a los bueyes y había pasado muchas horas entrenándolos. Percibí un vínculo especial entre el entrenador y su yunta de bueyes.

La mayoría de los bueyes eran manejados por dos asistentes porque los animales se agitan y comienzan a halar antes de que sean atados al yugo. Este joven entrenador, sin embargo, trabajaba solo. Los bueyes esperaban pacientemente; cuando éste daba la orden, empujaban con fuerza. «Vean eso», exclamó el anunciador, «¡Simplemente les pide que halen!». Mientras otros entrenadores usaban látigos y palabras fuertes, este joven solo utilizó palabras cordiales para que los animales halaran.

Cristo es como ese entrenador. Al ver a los bueyes bajo el mismo yugo, comprendí mejor lo que Jesús dijo sobre su yugo fácil y su carga ligera. Cristo es paciente con nosotros. Debido a que la voz de Cristo es tierna, no debemos temer. Cuando él llama, podemos responder con amor, dejando que él nos guíe. Si Jesús nos cuida, nuestra carga es ligera.

Sr. John W. McKinstry (Massachusetts, EUA)

Oración:

Oh Señor, gracias por hacer nuestra carga ligera y dirigirnos tiernamente. En el nombre de Jesús. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

Las cargas se alivianan al sonido de la voz de Cristo.


OREMOS:

Por personas que trabajan con animales.


 



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