Los cientificvos adjudican el sorprendente poder de adhesión de estos moluscos a la lucha feros que libran contra las olas por mucho tiempo. La fuerzas de las olas es semejante
a un gran y fuerte viento que sopla 500 kms por hora . Durante todo el tiempo en que la almeja soporta las olas , se va adhiriendo cada vez más ala roca, de manera que luego, nada
ni nadie puede separarla de ella.
Nosotros aprendemos a vivir adheridos a Jesús por medio de las tempestades de la vida. Aprendemos a vivir con Jesús, nuestro Pastor, pasando por valles de sombras de muerte. Sin darnos cuenta, terminamos siendo como la almeja; permanecemos bien pegados a Jesús, no importa cuán fuerte y recio sea el viento que sople por los valles.
Todos nosotros nos encontramos adheridos a alguien; dependiendo de quién seqa este "alguien", se difinirà cómo será nuestra vida. Bendito aquel que confía en Jesús, porque e Él enconrtramos toso el poder, la sabiduria y la bendición. Si permanecemo con Jesús, Él nos suple todo lo que necesitamos.
(EL Dios que me consuela/ Kang Jun-M;in)
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