miércoles, 2 de marzo de 2011

Oremos

EL APOSENTO ALTO

Miércoles, 2 de marzo de 2011
«Oremos»

Léase Hebreos 11.1-16

Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: "Trasládate de aquí para allá", y se trasladará.
-Mateo 17.20 (NVI)

TÍA Marion tenía ocho hijos y una gran familia extendida. Ella era a la que llamábamos cuando alguno de nosotros tenía dificultades o queríamos compartir una buena noticia. Una de las cosas que adoraba de ella era que, siempre que la llamaba con un problema, en algún momento ella decía: «Vamos a orar». Tía Marion creía en Dios. La Biblia dice que el orar hace una gran diferencia (Santiago 5.16). Tía Marion lo sabía.

Ella era un buen ejemplo de fe. Cada mañana se sentaba en la mesa de su cocina con su Biblia, su guía de meditaciones y su diario. Las páginas de su diario no estaban llenas de listas de preocupaciones, sino de pasajes bíblicos que había escrito para enfrentarse a cada situación.

La fe no es palpable. Pero una forma de tener fe es actuar confiando en la verdad de la Palabra de Dios. Eso puede hacer visible nuestra fe. En situaciones desafiantes, en lugar de enfocarnos en el problema, puedo leer la Palabra de Dios, recordarla y meditar sobre su verdad. Dios puede ayudarnos a usar aun una cantidad pequeña de fe para mover montañas.

Sa. Juanita Davies (Nueva Jersey, EUA)

Oración:

Amado Señor, ayúdanos a leer tu Palabra y a recordar lo que dice sobre los problemas que enfrentamos. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

El leer la Biblia nos ofrece verdad y fortaleza.


OREMOS:

Por las personas de fe en mi vida.



ES MEJOR DAR QUE RECIBIR
¡Reparte a manos llenas!  Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad:  ¡Es mejor dar que recibir!  ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo!  Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar!..


Pedro: el sediento de Dios



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