EL APOSENTO ALTO
Viernes, 4 de marzo de 2011
Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien. Las buenas obras
Léase Hebreos 10.19-25
-Hebreos 10.24 (VPEE)MI amigo Tom recientemente se mudó a Guatemala como misionero. Tom está sirviendo en un poblado remoto, donde supervisa una clínica que ayuda especialmente a mujeres y a niños que luchan con la enfermedad y la desnutrición.
Algunos meses después de que Tom llegara, me envió una pequeña cantidad de brazaletes de oración, pequeñas banditas de tela que las mujeres del poblado habían hecho. Amarré una de esas bandas alrededor de mi muñeca para recordar orar por el trabajo de Tom y por el pueblo de Guatemala. Cada vez que miraba la bandita, susurraba una oración, pidiendo que Tom recibiera nuevas fuerzas y que su buena labor continuara.
He orado por Tom y por el pueblo de Guatemala mientras estaba en algunos lugares interesantes: durante un partido de fútbol, mientras manejaba mi auto y mientras tomaba una taza de café. Lo que he aprendido es esto: nuestras oraciones no tienen que ser elaboradas o extensas. Pero siempre que oramos por otras personas, éstas reciben aliento para continuar en la buena obra que Dios ha puesto delante de ellas.
Sr. Todd Outcalt (Indiana, EUA)
Oración:
Amado Dios, bendice las obras de nuestras familias, amistades y congregación. Bendice a quienes te sirven en lugares remotos y alienta a quienes están decepcionados. Amén.
¿En dónde puedo alentar a alguien mientras sirve?
OREMOS:
ES MEJOR DAR QUE RECIBIR
¡Reparte a manos llenas! Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad: ¡Es mejor dar que recibir! ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo! Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar!..
Pedro: el sediento de Dios
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