sábado, 5 de marzo de 2011

De la ejecucuión a la pasión

EL APOSENTO ALTO

Sábado, 5 de marzo de 2011
De la ejecución a la pasión

Léase el Salmo 150

Cantadle un cántico nuevo, ¡hacedlo bien tañendo con júbilo!
-Salmo 33.3 (RVR)

DURANTE mis años escolares mi vida estuvo dedicada a tocar el violín. Tocaba en la orquesta de la escuela durante el día y practicaba en la casa por la noche. Mis veranos los pasaba en campamentos de música. Así que fue sorprendente que después de mi graduación de secundaria dejara de tocar el violín. No volví a tocar el violín nuevamente hasta quince años después, cuando nuestra iglesia estaba buscando músicos para tocar en el servicio de adoración. Para mi sorpresa, tocar el violín fue una experiencia diferente esta vez. El usar mi instrumento para expresar mi amor por Dios hizo que tocar el violín fuera un gozo en lugar de una obligación.

A menudo abordamos lo que hacemos por Dios en la forma que yo inicialmente tocaba el violín, concentrándonos en la ejecución. Nos enfocamos tanto en el resultado de nuestros esfuerzos que perdemos el gozo sencillo de servirle a Dios con lo mejor de los dones que nos ha dado. Cuando permitimos que la pasión en nuestros corazones nos motive en lugar de buscar la aprobación humana, lo que hacemos puede verdaderamente darle gloria al Dios que servimos.

Sra. Elaine L. Bridge (Ohio EUA)

Oración:

Gracias, Padre, por la oportunidad de adorarte con los dones que nos has dado. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA

El servirle a Dios debe ser un gozo, no una obligación.


OREMOS:

Por los músicos de las escuelas secundarias.



ES MEJOR DAR QUE RECIBIR
¡Reparte a manos llenas!  Una palabra oportuna, una sonrisa, una actitud animadora, un pensamiento generoso, y tu corazón sentirá esta gran verdad:  ¡Es mejor dar que recibir!  ¿Nunca lo sentiste?, ¡Experiméntalo!  Ayuda a alguien sin esperar nada a cambio, y verás cómo llegará a tus puertas, con las manos llenas de alegría, la más grande felicidad que puedas experimentar en la vida... ¡La felicidad de dar!..


Pedro: el sediento de Dios



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