EL APOSENTO ALTO
Martes, 4 de enero de 2011Lo que os digo en tinieblas, decidlo a plena luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas. Desde la oscuridad
Léase 2ª a los Corintios 1.3-7
-Mateo 10.27 (RVR)ME quedé sola con dos hijos jóvenes cuando mi esposo falleció a causa de una enfermedad de la sangre. Él estaba completamente confiado en que Dios lo sanaría. Así que, al recibir el mensaje del hospital de que había muerto, me sentí destrozada. Mi vida se convirtió en una oscuridad total.
Pero «el Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones» me envió muchas amistades, amigas que habían pasado por el tipo de sufrimiento que estaba sintiendo. Me hablaron las palabras adecuadas e hicieron lo correcto. A veces simplemente se sentaron en silencio conmigo. Estas amistades dadas por Dios hicieron mi vida más llevadera. Aprendí que Dios usa a las personas que han experimentado dolor y sufrimiento para consolar a otras cuya desesperación les abruma, y les roba el gozo y la paz.
Cuando nuestro corazón está destrozado, Dios se encuentra con nosotros al nivel más profundo de nuestro sufrimiento, y nos consuela como sólo Dios puede hacerlo. Y a menudo, Dios usa a otras personas para esta obra consoladora.
Sa. Ingrid A. Rönnberg (Skåne, Suecia)
Oración:
Amado Dios de misericordia, ayúdanos a confiar en ti cuando el dolor nos abrume. Enséñanos cómo consolar a otras personas en la forma en que tú nos consuelas. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Lo que aprendemos en la oscuridad, Dios lo usará para brindar luz.
OREMOS:
Por las viudas con niños pequeños.
Pedro: el sediento de Dios
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