EL APOSENTO ALTO
Viernes, 17 de diciembre de 2010
Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano. Rescatado
Léase el Salmo 40.1-5
-Salmo 40.2 (NVI)ESTOY preso en una prisión de seguridad máxima. Vivo en una celda aislada, que a menudo y muy apropiadamente llaman «El hoyo». Aislado del resto de la población penal, es un lugar solitario y desesperante, privado de cualquier indicio de consuelo o compasión. Estoy aprisionado por estas aparentes murallas impenetrables.
En una ocasión, sin embargo, estaba preso aunque no había murallas rodeándome. El pecado y los enredos que lo acompañan me habían hundido profundamente en un foso de oscuridad espiritual. Pero al igual que el salmista, clamé a Dios y hallé que las murallas de ese foso no eran impenetrables. Dios me rescató de allí.
Aun en el «hoyo», veo Biblias y literatura cristiana, capto vislumbres de los presos orando y escucho a algunos prisioneros pidiendo hablar con el capellán.
No importa cuán profundamente nos podamos hallar en el lodo del pecado , no importa cuán aislados, sin ayuda y sin esperanza nos podamos sentir, Dios nos puede escuchar, levantarnos y darnos un lugar firme donde pararnos.
Sr. Charles P. Axe (Pensilvania, EUA)
Oración:
Oh Señor, permite que busquemos tu ayuda para liberarnos de todo lo que nos aprisione. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Ninguna fosa es demasiado profunda para Dios.
OREMOS:
Por las personas que están en prisión.
Pedro: el sediento de Dios
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