EL APOSENTO ALTO
Martes, 29 de junio de 2010
Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos. Aferrado a la Palabra
Léase Lucas 6.46-49
-– Salmo 119.89 (NVI)MI esposa y yo somos afortunados de poder pasar parte del año en una pequeña isla en la costa de Florida. El clima cambia constantemente. Al despertarnos esta mañana una tormenta se acercaba. Observamos asombrados cómo la velocidad del viento aumentaba gradualmente.
Volando sobre el agua, vimos una bandada de ibisas que se dirigían hacia la orilla en busca de un lugar seguro. Su vuelo era interrumpido por frecuentes ráfagas de viento fuertes; pero después de mucha lucha, llegaron a la orilla y se ubicaron en las ramas de los mangles. A pesar del cansancio de las aves, el viento no pudo hacerlas salir del lugar donde estaban.
Esas aves me recuerdan que si vivimos de acuerdo con la Palabra de Dios, nada nos puede hacer salir de nuestro lugar en la vida. En nuestro mundo en constante cambio, el mensaje de Dios que se halla en la Escritura permanece para siempre.
¿Usted cree que Dios existe? ¿Cree que él obrará en su vida?
Sr. Richmond de P. Talbot, Jr. (Florida, EUA)
Oración:
Señor, te alabamos y te damos gracias por las maravillas de tu creación. Permite que continuemos viviendo por tu palabra según nos acercamos a ti. Te pedimos que nos guíes a través de las tormentas de la vida. Amén.
La palabra del Señor es nuestra tierra firme.
OREMOS:
Pedro: el sediento de Dios
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