Viernes, 12 de noviembre de 2010Vuelve a casa, que tu hijo vive-le dijo Jesús. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. ¡No estamos solos!
Léase Juan 4.46-53
-Juan 4.50 (NVI)MI hermosa y atlética esposa estaba sentada en la camilla, apretando mi mano y mirando fijamente hacia el frente. De su boca salían palabras confusas, mientras luchaba por hablar. Pat me miraba con ojos llenos de lágrimas. La habían llevado al hospital tras un paseo placentero con amistades. Al principio pensaron que había sufrido un derrame cerebral, pero ahora las radiografías mostraban tumores en su pecho y su cabeza; había probabilidades de que fuera cáncer. Pat había sido ingresada en el hospital para un examen extenso.
Durante los días siguientes, muchas personas comenzaron a orar a diario por Pat. Hubo personas de diferentes lugares ofreciendo oraciones, esperanza y ayuda al recibir la confirmación de que era cáncer. Los tratamientos comenzaron.
Hay momentos en que nos sentimos como caminando en la cuerda floja. Pero entonces pensamos en nuestra «malla de seguridad», nuestros hermanos cristianos y sus mensajes de oración que nos fortalecen. La jornada hubiera sido imposible sin este apoyo. Nos fortalece la seguridad de que no estamos solos y de que estamos en las manos de Dios.
Sr. E.H. Eudy (Florida, EUA)
Oración:
Dios de compasión, en tus manos entregamos el cuidado de nuestros seres queridos y de nosotros mismos. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Nuestras oraciones hacen la diferencia.
OREMOS:
Por quienes reciben tratamiento contra el cáncer.
Pedro: el sediento de Dios
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