EL APOSENTO ALTO
Jueves, 16 de septiembre de 2010Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su destino. . . Confianza plena
Léase Isaías 43.1-7
-Jeremías 10.23 (NVI)DESDE temprana edad conocí al Señor, y él ha dirigido mis pasos en todo tiempo. Nunca olvidaré cómo mi madrina me buscaba en mi hogar cuando era una niña para llevarme a una pequeña capilla, donde aprendí la Palabra de Dios.
Le entregué mi corazón al Señor cuando apenas tenía 5 años, pero no fue hasta los 15 años que tuve un encuentro personal con Dios. Recuerdo que estaba como en un sueño, y vi al Señor con sus vestiduras blancas que venía caminando hacia mí. Me dijo: «No temas, porque yo estoy contigo».
Mi papá me cuenta que me escuchó llamar al Señor repitiendo su nombre: «Jesús, Jesús», mientras dormía. Soñaba que Jesús venía hacia mí diciendo: «Ven a mí, y sigue mis caminos. Sírveme con todo tu corazón».
Esta experiencia me ayudó a reconocer que el ser humano no es dueño de sus caminos. Si caminamos tomados de la mano del Señor, su gracia dirige todo lo que acontece en nuestra vida y nada tenemos que temer. Gracias a su fortaleza puedo decir que soy una madre y una abuela llena de la fortaleza del Señor. Me gozo sirviéndole junto a mi esposo y mi familia.
Sra. Irma Luz Hernández (Camuy, Puerto Rico)
Oración:
Amado Señor, gracias por guiar mis pasos y conducirme por sendas de justicia. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
La presencia de Dios me da valor para afrontar la adversidad.
OREMOS:
Por las personas que viven sin esperanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario